No lo digo yo, lo acaba de plantear el ministro de economía de Italia, Giulio Tremonti. Ante la grave situación de su país (más endeudado que España) ha afirmado que “o se hace la revolución o se hacen las reformas”. Yo me he permitido introducir los interrogantes.
El gobierno de “la bota de Europa” ya ha optado por lo segundo, esto es, las reformas. Cada vez que se emplea este término en aspectos económicos debe entenderse recortes. Y los planteados por Italia me temo que son de órdago: aumento de impuestos, bajada drástica de la inversión pública, desaparición de 50.000 cargos públicos y funcionarios, aglutinamiento de provincias y/o territorios cuya gestión autónoma ya no se sostiene…Todo esto se debe a la presión ejercida por el Banco Central Europeo que, a cambio de la compra de deuda, ha obligado al gobierno italiano a apurar reformas (= recortes) para “paliar” la crisis.
Os recuerdo que los días 19 y 26 de este mes de agosto nuestro gobierno se reunirá para tomar decisiones económicas (entiéndase nuevamente recortes). La cuestión es si tales medidas irán en el mismo sentido que las del “amigo” Berlusconi. Probablemente sí. Y no sé si alguien también dirá, como el Primer Ministro Italiano, que le “sangra el corazón” por las medidas que hay que adoptar porque “la situación internacional ha cambiado”. En cualquier caso, ¿no es esta presión del BCE una nueva fórmula de rescate económico sin decir claramente que lo es?
Ante este panorama yo me atrevo a plantear lo mismo que el ministro italiano de economía, pero entre signos de interrogación y con respuesta libre: ¿Revolución o reformas (=recortes)? Yo ya no quiero más dictados de este liberalismo salvaje, así que mi respuesta es, sin duda, REVOLUCIÓN, ¿y la tuya?
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