El presidente de la CEOE acaba de mear fuera del tiesto. Debe tener su casa (la organización que preside) la mar de saneada y bien pulida (no parecía así cuando estaba su antecesor). Digo esto porque parece que este señor está muy aburrido y por eso se le ha dado por meterse a organizar la casa del vecino (la Administración Pública). He aquí algunas de sus “perlitas” para salvaguardar la economía del país:
· Acabar con los funcionarios prepotentes e incumplidores. Con esta afirmación da a entender usted, Sr. Rosell, que la abundancia de tal clase de alimaña debe ser de órdago y que todos los males económicos de España están causados por semejantes bichos repulsivos. Yo le sugeriría que para acabar con ellos más rápido, usase las magníficas estrategias de exterminio nazi (con las que, sin duda, estará usted familiarizado). ¡Ah! Y no se preocupe por cargarse a unos cuantos miles de inocentes, seguro que habrá otros tantos para sustituirlos (y con un menor coste).
· Acabar con los que se apuntan al paro porque sí. ¡Bravo! Los parados son la segunda clase de animal carroñero que corroe la salud económica de nuestro país. Su condición de parados no obedece a que gente como usted no ha sabido y/o no ha querido trabajar para crear unas condiciones laborales adecuadas en España (salario justo por el trabajo realizado, seguridad en el puesto de trabajo, permisos, conciliación de la vida laboral y familiar en las empresas...) sino a una suprema vagancia como característica fundamental de dicho animal carroñero.
· Evaluar a los funcionarios y hacerles ver que no son dueños de su puesto de trabajo. ¿Pretende usted, Sr. Rosell, crear un nuevo cuerpo de funcionarios (alimañas prepotentes e incumplidoras, según su propio parecer) para que le ponga nota a los funcionarios existentes en la actualidad? Y, ¿qué quiere decir cuando afirma que no son dueños de su puesto de trabajo? ¿Sabe usted lo que es un funcionario de carrera? Yo se lo explico: Dícese de aquella persona que ha adquirido (por esfuerzo y trabajo, sí, sí, Sr. Rosell, y por concurso oposición, ¿le suena a usted esto de algo, Sr. Rosell?) el derecho a trabajar permanentemente para las Administraciones Públicas (por cierto, Sr. Rosell, le recuerdo que éstas son la casa del vecino, ya sabe, aquella donde usted se ha metido a gobernar porque la suya ya la tiene “muy bien organizada” y, ¡claro!, se aburría usted una barbaridad).
· No les vamos a pagar (a los estudiantes) carreras de cinco años que ellos (los estudiantes) acaban en ocho. ¡Vaya! Ya tenemos aquí otro de los cánceres económicos de España: los estudiantes que suspenden asignaturas. Por cierto, no sabía que su “bien organizada casa” (CEOE) corría con los gastos universitarios de los españoles. Mis padres debían ser muy ignorantes, unos panolis, porque no se enteraron y me pagaron ellos los estudios. ¡Ah! Y las becas, que yo sepa, siempre estuvieron vinculadas a las calificaciones, así que…ya me contará usted, Sr. Rosell.
· La sociedad española, a pesar de la crisis, está inmersa en un proceso de cierta complacencia. ¡Joder, qué tío! ¡No se le escapa una! ¿Dónde carallo estaba usted, Sr. Rosell, en el mes de mayo? En España no, supongo. ¿Le suena el 15 M? ¿Y el movimiento Stop Desahucios? ¿A qué complacencia se supone que nos hemos entregado los españoles?
· Para salir de la crisis habrá que hacer sacrificios y trabajar mucho y con coraje. La mayoría de los empleados de a pie (esas alimañas prepotentes e incumplidoras también, Sr. Rosell) ya trabajamos más por menos. Además, muchas personas se han quedado sin empleo porque muchos de sus colegas (los de usted, Sr. Rosell) han aprovechado la coyuntura para “hacer limpieza” (ERE, creo que lo llaman ustedes, ¿no es así?), o porque los trabajadores eran inmigrantes sin papeles (en situación de absoluta explotación, ¿capisci?). ¿Qué propone usted, que nos hagamos el harakiri? En cuanto a lo del coraje, creo que no le entiendo muy bien. ¡Ah, claro! ¡Se refiere usted al tan añorado sistema feudal o, mejor aún, esclavista!
· Adelantar las elecciones depende de si el gobierno se siente o no fuerte (para acometer las reformas necesarias). Sin duda, en su vocabulario ya ha hecho usted reformas y simplificaciones, Sr. Rosell, aglutinando en la palabra fuerte toda una serie de conceptos que, aplicados a un gobierno, se traducen como: gobierno que se pasa por el forro los derechos de los trabajadores y de sus ciudadanos en aras a mantener el Status Quo de los privilegiados (clase dirigente, empresarios, banqueros, hacendados…).
¡Muy bien, Sr. Rosell! Siga así, granjeándose multitud de amigos (funcionarios, parados, trabajadores, estudiantes…) entre los habitantes de este país llamado España, ¿o ya han decidido los mercados cambiarle el nombre por Vagolandia? Nombre con el que supongo, Sr. Rosell, que toda su familia (CEOE) estaría de acuerdo, ¿no es así?
Había que mandar al señor Rosell a la universidad, a ver si daba pie con bola,o tal vez ponerlo a prueba ante un tribunal de oposiciones con pañal para no cagarse directamente en los pantalones. Es muy fácil opinar dede la opulencia, con los bolsillos llenos y la casa sin barrer. En mi pueblo se los llama sinvergüenzas.
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