POSTA DE SOL NA PRAIA DE MAR DE FÓRA, EN FISTERRA (MAIO DE 2011)

martes, 23 de junio de 2015

LA HORA DE LA VERDAD







   Los buitres vuelven a sobrevolar el maltrecho cuerpo heleno. Otra vez se repite hasta la saciedad que hay que cumplir las reglas, que hay que pagar lo que se debe, que no hay otra manera de hacer las cosas. No hacemos más que ver tertulias en la televisión haciendo hincapié en estas cuestiones. Se asume el derecho de los acreedores a cobrar lo que es suyo y se marcan las normas que hay que aplicar para que dicho derecho sea real y efectivo: rebaja de los salarios públicos, aumento del IVA y otros impuestos, recorte de las pensiones…
   Yo me pregunto, ¿alguien, además de Tsipras, ha pensado lo que todo eso que se quiere imponer supondrá para Grecia?
   Yo mismo me respondo:
-          En primer lugar, la derrota y humillación (una vez más) del orgullo de un país y un pueblo que no se merecen semejante maltrato.
-          En segundo lugar, conducir progresivamente a la miseria a las clases medias helenas que aún resisten la embestida.
-          A continuación, el más atroz cercenamiento y, hasta la más horripilante castración del pueblo griego, despojado de cualquier atisbo de posibilidad de recuperación en un futuro.

   La maquinaria del poder económico mundial está en marcha y a todo gas. Se toman posiciones, se acorrala al animal herido de muerte esperando a que caiga para cobrar la presa. De paso, se intenta viciar el aire fresco que empezaba a entrar por algunas ventanas de esta casa con aluminosis que se llama Europa. Estamos en un momento clave de la cacería. No hay margen para la duda. Si lo haces, caerás en las garras del poder. Si no mantienes tu posición, empezarás a pensar que el aire fresco no era más que una ilusión, un canto de sirenas que te llevaría al abismo. Sentirás frío (o calor excesivo), notarás que tus extremidades se paralizan, te entrará un terror descontrolado y correrás hacia atrás hasta entrar nuevamente en la guarida que tan hábilmente ha diseñado el depredador para ti: otra vez, te creerás a salvo encadenado a la maquinaria del sistema y, nuevamente, dejarás de pensar en que otro modo de vivir y hacer las cosas es posible.
   Ahora más que nunca, el pueblo griego debe hacer sentir a su máximo representante que están con él, que tiene el destino de todo un país (y hasta de todo un continente) en sus manos. Debe hacerle llegar con total claridad qué quiere que haga, qué quiere que pacte o qué no quiere que pacte. No es momento para dudar. El camino estaba marcado. Nos jugamos mucho en estos días. Las decisiones que el gobierno heleno tome en sus conversaciones con el poder económico marcarán el futuro no solo de Grecia, sino de todos aquellos que recibimos con entusiasmo la entrada de aire fresco por el este de Europa.

   Insisto, es el momento de la verdad, el momento de mantener los principios (aun a costa de romper totalmente con lo establecido) o, de lo contrario, sucumbir…y morir en las garras del depredador.    

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